ADIESTRAR UN CABALLO CON RESABIOS

El primer paso para quitar resabios en los caballos es creer que es posible. Creer que algo es posible cambia nuestra visión sobre la realidad que estamos viviendo y nos ayuda a ser realistas sobre lo que podemos o no podemos alcanzar. 

Mediante un acercamiento y un estímulo correctos, los caballos -y las personas involucradas- son capaces de cosas excepcionales. Alimentar la confianza en su proceso de aprendizaje te ahorrará muchos disgustos en el futuro y una grata experiencia, aunque la duración de ése proceso no sea casi nunca una cuestión milagrosa.

Tener un caballo bien educado, tanto si está en una hípica con otros caballos como si está sólo en tu prado o cuadra, te asegurará una satisfactoria experiencia de monta y mejorará enormemente la relación con tu caballo.

Comprar un caballo suele ser un gran esfuerzo en cuanto a tiempo y dinero, y para muchos/as propietarios/as también es un importante compromiso emocional. Un caballo que haga cualquier cosa por ti y vaya a dónde tú le digas, sólo porque eres tú quien se lo pide, es un tesoro y una fuente de enorme satisfacción.

 

¿Cómo hacer un caballo dócil?

 

Una de las cuestiones más importantes en la doma de caballos con resabios es vivir en el presente, confiar en el futuro y olvidar el pasado. Nosotras mantenemos una mente abierta y aprendemos a escuchar a cada caballo en su proceso, y así poco a poco, comprobamos cómo aprende a integrar las técnicas de entrenamiento de un modo estructurado y con una base sólida.

Hacer un caballo docil consiste en confiar en su proceso de adiestramiento, no personalizar sus fallos y vivir cada logro en presente. ¡Olvida el pasado!

Hay que tomarse el tiempo necesario. No hay que apresurarse ni saltarse etapas, o corremos el riesgo no ya de impedir el avance, sino de echar por tierra toda la confianza y las lecciones ya aprendidas. El caballo es un ser vivo, que piensa, siente y merece ser respetado. Ésta obviedad te servirá para comprender que todo caballo tiene un motivo para hacer lo que hace, cuando lo hace y a no personalizar sus conductas disfuncionales como algo que te hace a ti.

 

Confía en que somos exigentes, firmes, justas y consecuentes en el manejo de tu caballo. Nuestro abc de adiestramiento comienza por un chequeo físico del animal realizado en colaboración con nuestro veterinario para evaluar que la dificultad que el animal expresa no se debe a una incomodidad o molestia física. La revisión se realiza de forma estática y dinámica, es decir, incluye la revisión de músculos y piel del animal y también el movimiento sobre hierba, terreno duro o por la pista. A continuación realizamos una valoración del carácter del animal, que nos indicará exactamente dónde debemos comenzar y cómo trabajar con él. A partir de ahí, comenzaremos la re-educación del caballo en tres fases:

 

Habilidades básicas de manejo. Las que necesita no sólo para sobrevivir, sino para ser útil y aceptado entre las personas. Incluyen:

  • Ser conducido fácilmente.
  • Permanecer atado tranquilamente.
  • Permitir dejarse coger pies y manos.
  • Permitir ser cepillado y acicalado.
  • Aceptar el lavado.
  • Aceptar que le toques la cabeza.
  • Aceptar las guarniciones, sin resistirse ni a la silla ni a las bridas.
  • Ser obediente en las instrucciones de moverse a un lado, atrás y adelante, de forma suave y voluntariamente.
  • Mantenerse quieto cuando se le monta.
  • Dejarse coger fácilmente, etc.

 

Habilidades nivel medio de entrenamiento. Las que permiten iniciar correctamente el trabajo de doma en un entorno conocido. Incluyen:

  • Trabajo sobre pista con distintos elementos (lonas, conos, aros, música alta, sonidos, etc.).
  • Superar resistencias (charcos, zanjas, contenedores, objetos inanimados en movimiento o estáticos, etc.).
  • Subir a un camión o remolque.

 

Habilidades nivel avanzado de entrenamiento. Las que permiten tener un animal todoterreno a nivel emocional y físico. Incluyen:

  • Acostumbrarse a movimientos inesperados.
  • Gestionar desafíos (acceder a peticiones poco habituales como pasar por debajo de una cuerda, o enfrentarse a objetos desconocidos).
  • Aceptar la presencia de otros animales.
  • Pasar por espacios estrechos o “inseguros” (puentes, etc.).
  • Cruzar puertas.
  • Superar la querencia de manada (es decir, aprender a ser montado en solitario y no sólo en manada o hermanamiento con otros caballos).
  • Prepararlo para el tráfico y los obstáculos en carretera.

Antía García González

Titulada superior, socióloga, formada, además, en animación juvenil, Coaching, Gestalt, equitación y terapias con animales.

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